#04 Infografía humana
A mediados de enero impartimos un taller de infografía para los alumnos del Máster de Diseño Editorial de la Escola Superior de Disseny de València.
A mediados de enero impartimos un taller de infografía para los alumnos del Máster de Diseño Editorial de la Escola Superior de Disseny de València. Quisimos huir del tópico y profundizar con los alumnos en esa cara de la infografía menos conocida y más humana. La diseñadora de Pentagram Giorgia Lupi propuso hace unos años la denominación ‘data humanism’ para referirse a este tipo de gráficos sobre la vida diaria de la gente. Es esta forma de abordar la visualización de datos la que más nos interesa porque permite hablar de nosotros mismos y puede contribuir a entendernos mejor.
Los alumnos pusieron sobre la mesa cuestiones importantes para ellos: cómo es luchar contra el insomnio, las increíbles coincidencias biográficas de dos compañeras de máster que no se conocían antes, cuándo uno envía más mensajes o saca más fotos... Intentamos huir del simple ‘conteo’ para dar con algo que revelase cosas significativas de cada cual.
Javier y Alberto estuvieron en Valencia impartiendo el taller de infografía a alumnos del Máster de Diseño Editorial de la EASD València.
Vivimos rodeados de datos, datos y más datos. Llevamos encima en todo momento un móvil o un reloj que miden cada paso que damos, cada compra que realizamos, cada canción que escuchamos, cada búsqueda que hacemos en Google... Nos convertimos así en números fríos que otros utilizan para vendernos algo. En el reverso de este ‘big data’ estamos nosotros: personas con nombre y apellidos. En realidad, los números están revelando quiénes y cómo somos. La clave está en si queremos aprovecharlos no sólo con fines comerciales sino también para contar historias y entendernos mejor.
Un claro ejemplo de cómo los datos personales sí interesan es el Spotify Wrapped. Al analizar las canciones que escuchamos a lo largo de un año, agrupándolas por categorías y visualizándolas de forma sencilla, Spotify consigue que todo el mundo hable de ello durante unos días del mes de diciembre, cuando se hace pública la información. ¿A quién no le gusta poder compartir y comparar con amigos su música preferida?
Spotify Wrapped revela los gustos musicales de nuestro estudio. Amaia lleva ganando por goleada dos años consecutivos.
No necesitamos a Spotify para vernos representados. Cualquier pequeña rutina sirve para visualizarnos. Puede parecer complicado, pero sólo es cuestión de encontrar un foco, formular una hipótesis y ser metódico a la hora de recolectar los datos, de forma manual o a través de alguna app. El recuento y su digestión visual permitirán después confirmar, matizar o refutar la hipótesis.
Durante la pandemia, por ejemplo, decidimos medir todo lo que ocurría en nuestras casas, y con ese material generamos un gráfico diario que contaba cómo estábamos viviendo aquella situación tan complicada. Para la realización de los gráficos, seguíamos este esquema:
Primero, el tema. Desde el principio, establecimos una serie de indicadores generales que nos interesaba medir: peso, número de pasos, horas de sueño, alimentación, estado de ánimo… Pero también estábamos abiertos a otros asuntos que podían cobrar protagonismo. Por ejemplo, los accidentes que tenían lugar en nuestras casas.
Segundo, la recogida. Recolectamos datos durante varias semanas sin saber muy bien qué haríamos después con ellos. El registro en Google Drive se convirtió pronto en una rutina durante la pandemia. Para abordar el tema de los accidentes, no sólo realizamos un conteo sino que fuimos al detalle: tipo, gravedad del mismo, lugar, personas involucradas...
Con la ayuda de Google Drive, íbamos apuntando cada día los datos necesarios para realizar después de los gráficos.
Tercero, la organización y el análisis. Como comunicadores nuestra función es sacar conclusiones y no quedarnos en los números. Es necesario buscar una historia visual de interés. Nos dimos cuenta de que en las casas sin hijos pequeños la tasa de accidentabilidad era baja. No sólo eso, también resultó que se daba una enorme diferencia de golpes, cortes, quemaduras y hasta viajes a urgencias dependiendo de si esos pequeños eran niños o niñas.
Cuarto, la visualización. Una vez cumplidas las fases anteriores, arrancamos esta última con bocetos y pruebas. Siempre nos ayudan a ver si la idea de representación que tenemos va a funcionar o no. Es más fácil hablar sobre un gráfico hecho en papel de manera rápida que sobre uno más elaborado. En este caso, nos inspiramos en una historieta del cómic español (‘13 Rue del Percebe’). Nos permitía añadir una dosis de humor que creíamos necesaria. Para la versión final del gráfico, hicimos que las familias con menos accidentes habitaran los pisos inferiores del edificio y que las tenían más accidentes fueran los vecinos de las plantas superiores.
Tras darle vueltas a cómo visualizar los accidentes, a Pablo se le ocurrió hacer una casa como la del cómic ‘13 Rue del Percebe’, cuyo título adaptamos a ‘13 Rue de los Dolores’: el humor no está reñido con el rigor y muchas veces refuerza el mensaje y genera empatía.
Puede parecer una tontería, pero de cualquier acción o rutina podemos sacar algo interesante que contar y hasta arrancar una sonrisa. Si no, que se lo digan a nuestra compañera del sexto piso. El resto del estudio no pudo menos que compadecerse de su accidentado confinamiento.
→ Sacar provecho a las rutinas
Los datos recogidos de los registros pueden servirnos para mucho más. Pablo, por ejemplo, fotografía todos los días un árbol por el que pasa delante cuando lleva a su hija al colegio. Ha comprobado así que, en mayor o menor medida, el árbol es distinto en cada viaje, hasta el punto de que llega a influir en su estado de ánimo.
→ Cómo decir ‘te quiero’ con un gráfico
¿Y si quisiéramos hacer el árbol genealógico de una relación? ¿Por dónde empezaríamos? Un ‘gomet’ y unas líneas pueden convertirse en poema visual para decir ‘te quiero’ y, después, contar un año de amor.
En el estudio
→ Este mes se ha lanzado ‘Mira cuándo te toca’, la campaña de detección precoz del cáncer de cuello de útero que hemos realizado para el Instituto de Salud Pública y Laboral del Gobierno de Navarra.
→ Se ha hecho esperar, pero ya está a la venta el volumen ‘Malofiej 29’, que recoge los trabajos ganadores de la última edición de los premios, celebrada en 2021. El libro incluye nuestro ‘Diario Visual de la Cuarentena’, que obtuvo el Best of Show, máximo galardón de la competición. Y también la medalla de oro a la Memoria Visual 2019 de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona.
→ Si te has quedado con ganas de profundizar más en la visualización de tus rutinas tras leer esta newsletter, te recomendamos el libro ‘Un diario visual’, de Giorgia Lupi y Stefanie Posavec. En él, se enseña a observar con detalle y se profundiza más en el proceso de creación. Además, proporciona una serie de herramientas y plantillas muy útiles cuando no sabes por dónde empezar.
→ Ana Moliz, de Rayitas Azules, acaba de publicar la primera parte de su selección de las mejores tipografías de 2022. Ha invitado a varios profesionales del mundo del diseño gráfico (entre ellos, a nuestro compañero Alberto) a hablar sobre cuáles han sido sus favoritas, qué han descubierto en 2022 y cómo creen que viene el futuro tipográfico.